(20/06/2011). Anunciada con pompa por el Rey y asumida inicialmente con euforia (incluso entre la prensa extranjera), el movimiento reformista 20-F, del que el rey Mohamed VI teme que alcance la misma magnitud que en Túnez o Egipto, rechaza de plano la nueva Constitución. "El referéndum es una mascarada", gritaban el domingo 19 los integrantes del movimiento.
El 20-F entiende que la comisión que se constituyó para elaborar la Carta Magna fue designada por el rey y nunca ha representado a la legitimidad popular.
Los principales diarios (Le Matin, L´Économiste o Au Fait Maroc) y los principales partidos (el socialista, el nacionalista Istiqlal) ya han pedido, o están a punto de hacerlo, el "sí". "El discurso real tuvo un impacto que sobrepasó las fronteras", se leía en un editorial de L´Économiste.
A la vez, miles de opositores se debaten si votar "no" o boicotear las elecciones. En Rabat y en Casablanca se congregaron decenas de miles de jóvenes del 20-F, pero, a diferencia de otras ocasiones, jóvenes defensores del monarca (algunos de ellos desplazados en autobuses) protagonizaron algún enfrentamiento con los detractores de Mohamed VI. Entretanto, la campaña por el referéndum ya ha arrancado.