Aunque Marruecos no ha experimentado una revolución como Túnez y Egipto, la movilización de la sociedad civil, agrupada en torno al movimiento 20 de febrero, ha impulsado al Rey Mohamed VI a promover un proceso de reforma constitucional que se estima concluirá en el mes de junio. Los manifestantes del 20 de Febrero piden la fijación de severos límites al poder del Rey Mohamed VI y el fin de la corrupción y el clientelismo político. Si en el pasado, las reformas anunciadas por el Rey Mohamed VI perdieron pronto fuelle o fueron abandonadas antes de ser concluidas, en esta ocasión, el nuevo escenario político ofrece a la Unión Europea y a sus Estados miembros una inmejorable oportunidad de apoyar un proceso de reformas democráticas real, profundo y duradero. Esas reformas beneficiarán al pueblo marroquí, y por extensión, contribuirán a mejorar sustancialmente las relaciones de Marruecos con la UE. Si las concesiones limitadas anunciadas por las autoridades fracasan y no promueven reformas verdaderas el resultado puede ser más inestabilidad.
En el informe A chance to reform: how the EU can support democratic evolution in Morocco, basado en una reciente misión de investigación al país donde se entrevistaron con los principales actores del proceso de reformas en Marruecos, los autores Susi Dennison, Nicu Popescu y José Ignacio Torreblanca argumentan que la UE tiene la influencia y la oportunidad de promover un Marruecos estable y genuinamente democrático. Ellos afirman que:
-La UE debería demandar un progreso real, y no fingido, de las reformas constitucionales.La Monarquía debe aceptar jugar un papel secundario, tanto en la política como en la economía y los negocios.
-La UE debería hacer hincapié en la importancia de la lucha contra la corrupción, la educación y la libertad de prensa.
-La UE debería tender la mano al movimiento opositor “20 de Febrero”.
-La UE debería ofrecer una mayor apertura comercial a cambio de avances democráticos.
-Francia y España deberían apoyar la introducción de una mayor condicionalidad política en las relaciones con Marruecos.“La UE debería dejar claro que sus miembros esperan propuestas que promuevan una mayor capacidad de actuación y mayores controles democráticos en las principales instituciones del país, incluyendo el poder ejecutivo, el legislativo, el judicial y los medios de comunicación”.
El Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) es el primer think tank paneuropeo. Creado en 2007, su objetivo es producir investigaciones y promover un debate informado en toda Europa para el desarrollo de una política exterior coherente y efectiva, y basada en valores europeos.
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