(17/06/2010).- Después de que Lleida prohibiera el pasado 28 de mayo el uso del velo integral en sus edificios municipales, un goteo de iniciativas similares se ha extendido por Cataluña. Poblaciones como El Vendrell y Reus discuten en sus ayuntamientos si el burka y el niqab deben ser eliminados de la vía pública o si no se debe permitir la entrada de mujeres que utilicen estas prendas en los edificios municipales.
El campanazo, sin embargo, lo ha dado el Ayuntamiento de Barcelona al prohibir por decreto el uso del velo integral el edificios públicos. El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, rompe así con “la política tradicional del Ayuntamiento de Barcelona –y de la izquierda catalana– orientada más a convencer y disuadir que a acorralar a los inmigrantes”, explica El Periódico de Catalunya.
El motivo alegado para la prohibición del burka es la “seguridad ciudadana” y los problemas que puede ocasionar una persona con el rostro tapado a las administraciones, ya sea un mensajero con un casco o una mujer con un velo integral.
El veto ya ha prosperado en tres de las cuatro capitales catalanas (Lleida, Tarragona y Barcelona) y el debate se extiende hasta rincones donde no ni siquiera viven inmigrantes. Es el caso de Tarrés, un pueblo de 109 habitantes de Lleida donde “un concejal haya logrado obligar al pleno a debatir una moción para prohibir su uso en instalaciones municipales”, tal y como señala El País.
El 16 de junio, el ministro de Justicia Francisco Caamaño ha entrado en la polémica sobre la utilización de indumentarias que cubran el rostro de las personas y se ha mostrado partidario de que la utilización del velo integral islámico quede regulada en la futura ley de Libertad Religiosa.
Mohamed Iqbal, portavoz del Centro Islámico Camino de la Paz de Barcelona ha declarado al diario La Vanguardia que la comunidad musulmana en España “percibe como un ataque” la prohibición ya que “en este país no hay usuarias del burka”. “El debate no tiene pies ni cabeza, hay temas mucho más importantes".