El balance mortal de las inundaciones que han asolado Marruecos no cesa de aumentar. A las 36 víctimas producidas durante la pasada semana se añaden 11 más, según la cadena de televisión marroquí 2M.
Así, entre el viernes y el domingo, precipitaciones que registraron niveles récord cayeron sobre parte de la mitad sur del país. En Agadir, se registraron más de 250mm por m2, mientras que en la zona de Guelmim, una de las regiones más afectadas, se registraron importantes crecidas de oueds (valles), con daños considerables que podrían alcanzar varias centenares de millones de euros.
Numerosas carreteras han tenido que ser cortadas, además de la destrucción de buen número de casas y daños notables en la rede eléctrica. El lunes 1 de diciembre, 250 localidades seguían incomunicadas. Ante ello, se ha debido formalizar un puente aéreo entre Guelmim y Sidi Ifni para ayudar a las poblaciones locales.
Protestas
Las localidades de Bouizakarne, Tan Tan y en menor medida Sidi Ifni han sufrido protestas de la población tras las inundaciones producidas por las fuertes lluvias. Un fenómeno amplificado sobre todo por el aumento de precio de los productos básicos.
Después de diez días de intensas lluvias, la ciudad de Bouizakarne conoció el 1 de diciembre las primeras protestas de la población afectada. Decenas de jóvenes se manifestaron en el momento de la llegada de la delegación del Ministerio del Interior, dirigido por el ministro Mohamed Assad, para señalar la mala gestión de las autoridades gubernamentales para hacer frente al fenómeno atmosférico. Assad se vio obligado a abandonar cuando se iniciaron en las calles de la ciudad los enfrentamientos entre jóvenes airados y la policía.
En Tan Tan, la policía está impidiendo la ocupación de apartamentos vacíos por parte de personas que se han quedado sin hogar, e igualmente en Sidi Ifni. En la primera localidad se produjeron también cargas policiales.
Estos movimientos de protesta podrína extenderse a otras regiones. Como fenómeno añadido, el alto coste de los productos básicos podría empujar a la gente a salir a las calles, pues algunos comerciantes se están aprovechando de la situación creada para elevar el precio de los productos.