Así lo subrayó a la agencia española Efe el dirigente de esta ONG internacional en Marruecos, Kamal Mesbahi, quien afirma que “en el Índice de Percepción de la Corrupción, Marruecos está entre los peores de la clase dentro de los países de la región. En el año 2000 logró una nota de 4,4 sobre diez y desde entonces no ha hecho más que bajar, hasta un 3,2”.
Estos datos se han expuesto durante la presentación de las conclusiones nacionales del informe mundial sobre corrupción de Transparency International, y que cataloga a Marruecos como un país que posee una “paradoja inquietante” puesto que los esfuerzos que parece desplegar el gobierno no se representan a nivel real, en el terreno.
Por un lado, el gobierno marroquí ha buscado mejorar su legislación y estar en la línea de la legislación y respeto a la convención de Naciones Unidas sobre la corrupción.
Sin embargo, por el lado práctico, se evidencia que a pie de calle y en las estructuras hay aún prácticas fraudulentas que no parecen disminuir en absoluto, lo cual puede ir ligado quizás, según opina Transparency International, a que “hay un problema más profundo ligado a la autoridad de la ley en Marruecos", así como a la “ineficacia de las instituciones encargadas de los controles, por no efectuar la labor encomendada o porque sus conclusiones no son consideradas”.
El estudio liga la corrupción al sector privado y su relación con el Estado
El informe se ha dedicado este año al sector privado, porque "nunca la actividad de las empresas y de los mercados había tenido tal impacto sobre la prosperidad económica, la estabilidad política y la preservación del entorno de las sociedades".
Y según Mesbahi, el "verdadero problema es que el principal cliente del sector privado es el Estado, y, debido a la gran cantidad de cosas que éste encarga y a la relación de desigualdad entre ambos, las compañías se sirven a veces de la corrupción para asegurarse un mercado".
Transparency estima que la falta de transparencia en la concesión de contratos públicos en Oriente Medio y el Norte de África le cuesta a los países de esa región el 0,5 por ciento de su PIB, lo que en Marruecos equivale a una pérdida anual cercana a los 3.600 millones de dólares (unos 2.460 millones de euros).
Al respecto, Mesbahi incide en la necesidad de elaborar una ley que proteja a las víctimas y a quienes denuncian las malas prácticas, porque si no, la gente pensará que la corrupción es parte del mecanismo administrativo o empresarial y pueden temer represalias.
El sector privado que peor sale parado es la inmobiliaria y construcción, y el informe insiste además en que al final, “el mayor perdedor es la sociedad”.
(08/10/09)